Murallas...

Ese día, pieza por pieza,
Cayeron las murallas.

Las de él y las de ella.
Las mías y las tuyas.
Las de todos.

Y por fin pudimos ver.

Detrás de la viejita de la esquina,
La que vive enojada y protestando,
Vimos a esa mujer que sufrió y sufre,
Que a su marido espera.

Atrás de la fachada de ese hombre amable,
Pudiste mirar una vida
Llena de obstáculos y durezas.

Y dentro del pibe antisocial,
Apreciaste a ese pobre adolescente presionado,
Presionado para triunfar y vencer,
Más allá de las consecuencias.

La artista rechazada mostró
Sus ideales y sueños,
Y convirtió con sus historias
Obras de arte nuestros corazones.

Y por una vez, una sola y única vez,
Me conociste, y te conocí a vos.
Fuiste el reflejo del alma.
Y supe apreciarlo.

Vi tus deseos y ambiciones, vi.
Miré tus miedos y horrores, miré.
Y con vendas, tome el corazón destrozado, tomé.
Y lo vendé.

También junté las murallas.
Pero no las reparé.
Solo las tiré lejos…

Lejos de estas personas.
Lejos de las verdades.
Las tiré, y destrocé, y pulvericé.

Podrá sonar agresivo, pero no.


Porque nunca más volvimos a ocultar nuestra esencia.

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