Corazón

Me estoy rindiendo por tí.

Te vas, noche a noche,
y te transformas
en nubes
de estrellas.
El cielo oculta tus temores
bajo la silueta de ellas.

Te extraño, día a día,
mientras pierdo
la conciencia
infinita.
La muerte sujeta los pétalos
de las margaritas.

¿Quién soy, en las mañanas,
si vuelvo
a amanecer
depedazada?
Soy vos continuamente,
el reflejo de tu almohada.

Me rindo un poquito más.

Me miento, en los atardeceres,
al decir
que volveras
con un abrazo.
Llego a abrazar la luna,
con los brazos congelados.

Destrozados, humillados.

Sigo aquí, noche a noche,
sola y olvidada,
bajo sombras
de troncos
amarrados.
El corazón quiere lo que quiere,
y por eso se muere esperando.

El corazón te quiso a vos,
y por eso se fue buscando.

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