Retazos de sueños

Literalmente, la ciudad se extendía mas allá de donde alcanzaban los ojos, aun mirando desde una bestia de metal que sobrevolaba el Atlántico. Manchones bailaban sobre esta, ovejas perdidas, errores en el cuadro perfecto.
Un manto cubrió aquel borrón de luces y figuras idóneas, dirigiéndonos a un mundo perdido donde flotaban retazos de sueños.

Al otro lado, la franja roja, naranja, coral oscuro, nace devorando las entrañas del cielo azul marino, destrozando los regalos de noche, extendiendo el poder de los caballos de Helios.

¿Como explicar el infinito, si no es con aquel colchón de nubes interminable? Como explicarte el trance en el que te sumían, como cuando ves unas ruinas decadentes que nunca pierden su infantil elegancia.

El zumbido retumba y tapona mis oídos, aunque todavía puedo escuchar el lamento de los astros.

Una sacudida. La mujer clava las uñas en el reposa brazos.

Otra sacudida. Tal vez mi mandíbula se tensó un poco.

Una más.

El avión, ahora tranquilo, flota hundido en un inescrutable silencio, resultado de los vestigios del miedo y las raíces del alivio.

Cuento hasta diez una vez más.

Tal vez si caemos, mi cabello se enredará en las nubes.

Comentarios

Entradas populares