se arden;

pesan los párpados
y los ojos arden
cómo la noche,

como anoche;

como el cielo estrellado
que se ha estrellado
contra el pavimento;

como los pies descalzos
en charcos de lluvia
de birra
de sangre
de sexo.

estoy sorda con
el ritmo impreso
en los sentidos,

y quizás estaré muerta
entre orgullosos cuerpos
que bailan.

bilé rojo
esmalte nuevo
y los sueños corridos

arrinconados.

me pesaban los párpados
los brazos
las piernas
el tiempo;

la música suena
y ahora sí que la escucho.

adentro del boliche,
todo se está ardiendo

pero nuestros pies
siguen
danzando.

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