El borde del abismo
Y de repente, es un dolor, una presión en el pecho.
Siento que voy a estallar, consumida por el vacío. Como si todo eso que esta faltando me consumiera hasta el punto de hartarme y volar en mil pedazos.
Ya no lloro, ya no grito, ya no corro. Simplemente me siento, esperando cosas que realmente no van a pasar.
Nunca.
¿Para qué sirve lo pasado, para qué sirven tus palabras? Las memorias se quedaron para siempre, como tatuajes impresos en tinta invisible sobre mi piel. Y las memorias solas solo sirven para aumentar el dolor creciente en el pecho.
No logró entender nada, no puedo ver nada, sentir nada, porque si entiendo, si veo, si siento, vos volves a aparecer en escena, y entonces me derrumbo. Y no me gusta hacerlo.
Porque quiera o no, en este momento no me sirve fingir ser fuerte, porque todos tenemos un límite.
Y vos, vos, mi querido amigo, vos me empujaste por el borde de ese abismo.
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