Tus besos
Tus besos eran primaveras cortas
pinceladas en tonadas dulces
y trazos infinitos.
Vuelos robados
a las gaviotas
en los amaneceres.
Eran pisadas perdidas
en pisos de madera,
el gesto de las suelas de goma.
Promesas infantiles
bajo la sombra
de un árbol envejecido.
Y cuando me besabas
era un esclavo rompiendo cadenas,
un fuego que emergía,
un alma que volaba
al infinito
(Es decir, a tus ojos)
Que bonitos tus besos.
Tan perfectos, tan preciosos.
Tanto,
que los conservo
en un invisible par de fotos.
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