Criaturas de la noche
Anoche soñé que allí,
en la eternidad de las conciencias limpias,
eramos criaturas
de la noche.
Con el corazón negro
y un alma obscura,
el cielo me obsesionó
mientras me guiñaba un ojo.
¿Quienes fuimos,
perdidos
entre miles de estrellas?
Vimos nacer el agua
de las manos
de los niños desvanecidos en la memoria;
y si me callé,
y callé tus labios,
fue porque el frío detuvo nuestro tiempo.
Por ese sueño,
por esa vez,
fuimos criaturas de la noche.
Aunque estaba allí, no recuerdo la luna.
Ni su brillo,
ni su fulgor,
ni su decadencia.
¿Será que nuestras mentes,
nubladas,
nos forzaron a olvidar
aquella cicatriz en el firmamento?
Y recuerdo bien
esa sonrisa descorazada,
que escapó de tu rostro a correr
a esos bosques desconocidos,
inaccesibles;
y bailaba, y bailaba, y bailaba,
afuera.
Y recuerdo bien.
O no tanto.
Me gustó
no sentirme
sola.
Como criatura de la noche,
el reflejo del tiempo
se instaló en mi alma.
Como criatura de la noche,
no era yo,
pero éramos nosotros.
En los reinos de la noche,
los árboles engulleron
tus ojos,
que se fueron a bailar
con tu sonrisa.
En los reinos de la noche,
mas criaturas
cayeron del cielo.
Y en los reinos de la noche,
vos y yo,
fuimos los reyes
de un castillo hecho de ceniza
y de sangre
y de viento.
Pero en el castillo,
y en el reino,
y como criaturas,
estabas siempre vos;
y entonces,
por primera vez en la noche,
no tuve miedo.
en la eternidad de las conciencias limpias,
eramos criaturas
de la noche.
Con el corazón negro
y un alma obscura,
el cielo me obsesionó
mientras me guiñaba un ojo.
¿Quienes fuimos,
perdidos
entre miles de estrellas?
Vimos nacer el agua
de las manos
de los niños desvanecidos en la memoria;
y si me callé,
y callé tus labios,
fue porque el frío detuvo nuestro tiempo.
Por ese sueño,
por esa vez,
fuimos criaturas de la noche.
Aunque estaba allí, no recuerdo la luna.
Ni su brillo,
ni su fulgor,
ni su decadencia.
¿Será que nuestras mentes,
nubladas,
nos forzaron a olvidar
aquella cicatriz en el firmamento?
Y recuerdo bien
esa sonrisa descorazada,
que escapó de tu rostro a correr
a esos bosques desconocidos,
inaccesibles;
y bailaba, y bailaba, y bailaba,
afuera.
Y recuerdo bien.
O no tanto.
Me gustó
no sentirme
sola.
Como criatura de la noche,
el reflejo del tiempo
se instaló en mi alma.
Como criatura de la noche,
no era yo,
pero éramos nosotros.
En los reinos de la noche,
los árboles engulleron
tus ojos,
que se fueron a bailar
con tu sonrisa.
En los reinos de la noche,
mas criaturas
cayeron del cielo.
Y en los reinos de la noche,
vos y yo,
fuimos los reyes
de un castillo hecho de ceniza
y de sangre
y de viento.
Pero en el castillo,
y en el reino,
y como criaturas,
estabas siempre vos;
y entonces,
por primera vez en la noche,
no tuve miedo.
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